La demandante, defendida por los profesionales de Tribunal Médico, fue diagnosticada con Esclerosis Múltiple remitente recurrente en el año 2000. Sin embargo, no fue hasta el año 2018 cuando el Instituto Nacional de la Seguridad Social le otorgó una Incapacidad Permanente Total para su profesión. Todo ello a pesar de que la trabajadora reclamaba una incapacidad absoluta (para cualquier oficio), ya que precisaba de dos bastones para desplazarse debido a las lesiones.
La sentencia de incapacidad permanente total fue recurrida por la trabajadora. El objeto de la reclamación se basó en que la profesional no solo necesitaba de 2 bastones para poder desplazarse, sino que, además, según el dictamen médico del propio SGAM (Inspección médica del INSS en Catalunya), presentaba delgadez y dieta a base de espesantes por alteración en la deglución, síntoma recurrente en la esclerosis múltiple.
Impedida para cualquier actividad
En la demanda la empleada remarcó al juez que esta enfermedad la impedía para realizar cualquier actividad «por ligera y sedentaria que fuese» y que los documentos periciales aportados por los peritos médicos «merecen toda la objetividad, profesionalidad e imparcialidad exigibles».
En vista de las circunstancias, el Juez ha dado la razón a la trabajadora y ha aceptado la incapacidad absoluta, y no sólo la total. El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) tendrá en consecuencia que conceder una incapacidad permanente para toda actividad, derivada de una enfermedad común, y además abonar el 100% de la base reguladora de 2965,79€ con efectos económicos retroactivos a partir del día 24 de noviembre del 2017.
La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad neurológica que afecta al Sistema Nervioso Central. No todos los síntomas aparecen en todas las personas, ni lo hacen con la misma intensidad. Este es el motivo por el que se presenta en cada persona de forma distinta.